Se dice que muchas mujeres en política logran cambiarla y, aunque no es tarea fácil, lo cierto es que su presencia consigue variar en qué centran el f
Se dice que muchas mujeres en política logran cambiarla y, aunque no es tarea fácil, lo cierto es que su presencia consigue variar en qué centran el foco las instituciones. Gracias a una mayor aparición institucional, pero también a un movimiento feminista activo y combativo, algunos temas dejan de ser tabú y forman ahora parte de la agenda pública. ¿Cómo si no se explica que la menstruación, la equidad menstrual, la endometriosis o el efecto de la vacunación en las mujeres sean ahora temas sobre los que trabajan los gobiernos y sobre los que se discute en las cámaras parlamentarias?
No es nuevo que “los problemas de las mujeres” hayan quedado fuera del espacio público, espacio tradicionalmente ocupado por los hombres. No es nuevo que el patriarcado haya ignorado aquello relevante para la vida de las mujeres. Por ello no es menor que los derechos y las necesidades de las mujeres, más de la mitad de la población, ocupen ahora un espacio importante del debate público. Y de entre los temas tabú, la regla destaca como el que más. Un proceso fisiológico que vivimos la mayoría de mujeres de entre 10 y 54 años pero que sigue envuelto por un silencio impropio de la sociedad de la información en la que vivimos.
Como decía, la equidad menstrual ha pasado a ser objeto de debate y de acción política. Un año atrás, el Parlamento de Escocia aprobó la gratuidad de los productos de higiene para la menstruación. También la Generalitat de Catalunya está ultimando la Estrategia de Derechos Sexuales y Reproductivos, que tiene entre una de sus acciones la distribución de copas y productos menstruales reutilizables en los centros educativos. Además, una Iniciativa Legislativa Popular en curso en el País Valencià apuesta por la gratuidad de los productos de higiene menstrual sostenibles. Iniciativas, todas ellas, que rompen tabúes y significan avanzar en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, en sus derechos económicos y, a la vez, contribuyen a la lucha contra el cambio climático.
Fonte: Publico.es